Mi lista de blogs

martes, 21 de diciembre de 2010

Cielo del Pasado


    ―Cada vez que miramos al cielo vemos el pasado ―le contaba el Abuelo a su Nieto. Su nieto quedó anonadado ante estas palabras. Mirar al cielo y ver el pasado; ¿cómo podía ser posible eso?, se preguntaba a sí mismo. Lo miró a su Abuelo y este reforzó su teoría con una mirada que destellaba infinita inteligencia. Ahora lo miró a los ojos, brillaban tanto como las estrellas en el cielo oscuro del inminente verano del 97.
    El Nieto giró su mirada al cielo nocturno y vio cientos de estrellas, tal vez miles. Quería saber porqué vemos el pasado al observarlas. Quería que su abuelo se lo explicara.
    ―Verás ―le dijo su Abuelo entonces―, las estrellas están muy lejos de nosotros y lo que vemos es su luz; resulta que la luz también viaja y lo hace en un determinado tiempo. Tal vez millones de años necesita esta desde que parte de su estrella hasta que llega a nosotros, ya que la distancia que nos separa es inmensa, casi inimaginable para nuestro entendimiento. Es más, es probable que las estrellas que vemos ahora hayan muerto hace muchos años, tal vez millones.
    El Nieto comenzó a plantear dudas sobre esta teoría, ¿dónde encajaba Dios en todo este asunto? ¿O acaso Dios también había muerto? No lo sabía, en el cielo no se veía el Paraíso, sólo el Pasado, según su Abuelo.
    Entonces, dedujo el Nieto, los muertos van al cielo, pero el cielo es el pasado. Por lo tanto los muertos son el pasado, eso sí es cierto. Las estrellas representan a los muertos, cada estrella es un alma de alguien que ya no está, pero que nos ilumina con su eterna luz desde allí arriba. Es una idea un poco loca. Pero en el Libro Sagrado se explica que existe un mundo más allá de la vida, más allá de la eternidad. Tal vez no vemos el Paraíso al mirar al Cielo porque, el Paraíso, es parte del futuro. Es el Futuro con mayúscula.
    Y nosotros no vemos el futuro, sólo el pasado.
 
    Hoy, el Nieto mira al cielo y recuerda ese fanatismo de su Abuelo por la Astronomía y deja escapar una lágrima en su honor. Una de esas estrellas debe ser mi abuelo, piensa al tiempo que mira el firmamento nocturno, que me cuida desde el pasado y me espera en el futuro.



Dedicado a mi Abuelo que ya no está.


No hay comentarios:

Publicar un comentario