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sábado, 29 de octubre de 2011

Mariana...

ADVERTENCIA: El siguiente relato contiene un lenguaje sólo apto para mayores de 18 años (me obligaron a colocar advertencias por seguridad).

MARIANA...

1
   ―Yo te digo que no puedo más. Me duelen las rodillas y apenas puedo mantenerme parado ―fue lo primero que dijo Fernando cuando se acomodaba en una silla del bar de Popi y se dirigía a Pepe―. Esa negra me hizo mierda, boludo.
   Pepe lo miraba con cierta sorpresa en su cara, no creía que ese gil se hubiera garchado a Mariana, esa rubia era una fortaleza sexual y este cara de pajero había logrado atravesarla. Pensaba que valdría la pena haberse levantado tan temprano esa mañana. Estaba dispuesto a escucharlo pero no a creerle.
   ―Contame detalles de todo lo que pasó, Fer. Te juro que no puedo creerte ―le confesó Pepe.
   ―Sabía que no me creerías. Por eso lo grabé todo en el celular ―dijo Fer al tiempo que daba palmadas al bolsillo izquierdo de su jean azul.
   ―¿Ella lo sabe? ―preguntó Pepe.
   ―Sí. Pero eso no importa ahora, creo ―respondió Fer.
   ―Mostrame el video, boludo.
   ―Calmate, mi viejo amigo. Pedile una birra a Popi que te voy a contar mi hazaña sexual.
   Pepe le pidió una Quilmes a Popi y dos vasos. Llenó los vasos al tope. Fer le dio un sorbo a la fresca cerveza y se aclaró la garganta. Tenía mucho para contar. Y temía que pudiera perderse algún detalle importante. Pero los recuerdos aún flotaban en su cabeza, excitándolo cada vez que recordaba los momentos agraciados que había vivido la noche anterior. Nunca más se volvería a tocar, bueno, en realidad nunca cumpliría esa promesa. Ningún hombre lo hace ni lo hará jamás.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Tres divagaciones de mi vida


CONDENADO POR MIS PENSAMIENTOS

    La Luna se eleva entre las tinieblas. Las estrellas brillan dentro de un mar de oscuridad infinita. El horizonte es marcado por el resplandor de las luces de la autopista. Y el silencio que me dice que ya no queda salida.
   Es el instante en que no queda nada excepto el miedo que llevo dentro de mí a lo desconocido. La brisa primaveral y los grillos me entregan una noche de sábado perfecta y romántica pero no puedo usarla con nadie. Solo, sentado afuera y debatiendo con mi conciencia, así pasa mi tiempo relativo. Pienso que algo habré hecho mal para estar solo, en vez de estar en algún boliche disfrutando la noche. Nadie me tiene en cuenta a la hora de la joda. Y eso, aunque no parezca, me pone mal.
   El hecho de sembrar esperanza y obtener desilusión desgasta mi alma y acorta mi vida. La juventud hace tiempo que me abandonó y las horas pesan en mi interior.
   Lo único que pido es una última oportunidad. El problema es que no sabré aprovecharla jamás. Ese es el destino que elegí para mí: sufrir en soledad.

   "El cambio solo se logra si uno es (siempre) el mismo".


ÓYEME, ÁNGEL DE MIS PALABRAS

   (Necesito escribir)

   Mírame. Llegué al final aunque nunca confiaste en mí. Te di todas mis esperanzas y me quedé con mi voluntad para caminar. Sí, eran muchos kilómetros los que debía recorrer y muchos me decían que no podría hacerlo. Una mujer fue la piedra en el camino que generó en mí especulaciones y esperanzas de un amor incipiente que jamás prosperaría; iluso de mi parte creer que enorme belleza sería capaz de amarme. Éramos como la luz y la oscuridad, jamás estaríamos juntos. Ella es luz, su sonrisa ilumina mi amor, sus ojos son las negras ventanas del amor, ¿para quién? Mejor no saberlo. Pero pude esquivar esa piedra al final con algunas consecuencias: derramé lágrimas saladas creadas con desilusión, rompí momentos agradables por pensar en ella, esquivé muchos amores que no me servían.
   Caminé, caminé y caminé. Siempre mirando al frente y olvidando los problemas que dejaba atrás. Alguien me extendió su mano cuando la luz se hubo apagado y me guió en la fría oscuridad.
   (Sí, sus manos eran cálidas y su voz dulce, casi angelical. Es mi ángel de la guarda, pensé. Me susurraba al oído palabras de aliento y acariciaba mi alma con su confianza. Se lo agradezco, de verdad.) 
   El sol salió, seguí mi camino. Llegué y miré atrás creyendo que todo había quedado en el pasado. Error, todo sigue siendo parte de mi vida, tanto lo malo como lo bueno. Ella continúa en mí como lo hace mi dulce ángel de la guarda; mis fracasos continúan como mis malos momentos; al fin y al cabo estoy armado de todo y todos, de amor y odio, de amistad y enemistad. Soy así, bueno y malo.
   Hay cosas que jamás cambiarán. Yo soy una. Pero sé que lo que quiero lo seguiré queriendo y, si lo tengo a mi lado, seré feliz.

   (Escribí lo que debía escribir, no quiero corregir porque el cariño tiene sus errores y, de los errores aprendemos).


UN DÍA PARA AMARTE, UNA VIDA PARA OLVIDARTE

    Cuando la noche culmina, los miedos se esfuman con la oscuridad. Los fantasmas que nos acometen se pierden en la claridad del cielo. Cuando nace el resplandor naranja en el horizonte, también nace una nueva esperanza y nace un nuevo sueño. Desde ese momento maravilloso en el que dejamos de imaginar dormidos, comenzamos a soñar despiertos. Pocos disfrutan ese acto de la naturaleza, pocos ven parir el Sol en el cielo negro.
   Se vive el día con tanta intensidad que dejamos pasar muchas cosas importantes. Olvidamos que somos nada en el universo. Olvidamos que somos un instante despreciable para el universo. Olvidamos que el universo nos devora ferozmente hasta sumergirnos en su final.
   Durante el día me enamoro y durante la noche me olvido. Durante el día existo pero durante la noche soy nadie. Durante el día estamos protegidos por el sol pero durante la noche rondan nuestros peores temores. Durante el día soy ciego pero durante la noche veo con claridad lo que le oculto a mis ojos.
   El día está culminando. El sol está debilitándose a medida que se asoma al horizonte. Las nubes fluyen sobre el sol en un torrente de tranquilidad dinámica. La noche espera ansiosa devorar la cordura de los débiles y los sueños de los estúpidos.
   No dejaré que el sol se lleve tu aroma y frescura juvenil y me deje el olor a muerte y pesadillas que la noche necesita para alimentar los miedos de los que no queremos ver el futuro sin pisar el pasado ni olvidar el presente.
   Nunca más vuelvas a dejarme sin decir adiós; nunca más vuelvas a pedirme que no demuestre lo que siento por vos porque no quiero ocultarme en la noche para salir de día.
   Tus ojos dicen la verdad cuando me mentís. Tus ojos ven en mí lo que nadie es capaz de comprender cuando me expreso.
   Tu amor es mi día. Tu adiós es mi noche.
   Me gustó el momento de ilusión, ese momento en que aún existían esperanzas de tenerte para mí. Ese era mi amanecer bello. Fue bello mientras duró.
   Luego llegó el día, la tarde. Ya estaba demasiado "arrastrado" hacia vos. Ya estaba demasiado enamorado.
   En el atardecer comencé a tener sospechas de que nada iba hacia buen rumbo y empecé a hundirme en la oscuridad de la depresión.
   La noche llegaba y me consumía lenta y dolorosamente. Por las noches te extrañaba, aún te extraño.
   Mi amor por vos puede definirse como un día en mi vida. Puede definirse como 24 horas en un día de 25 horas.
   Esa era mi idea. Expresarme para desahogar lo que me tiene a maltraer. Espero que el futuro me lleve a leer estas palabras y ruego reír en vez de llorar.
   Que sea un bello recuerdo y no un fantasma del pasado.

   Así es como el tiempo avanza implacable sobre nuestras vidas aunque nunca podrá borrar estas palabras repletas de verdad que escribí hace un año...



   Eso es todo por ahora, qué se le va a hacer... A veces suceden cosas extrañas en la cabeza de uno.


domingo, 16 de octubre de 2011

Sobre el tiempo (Cuatro locuras)

CELULAR


   No deja de mirar su celular. Tan inexpresivo, tan apagado, tan infame. Solo debe tomarlo y llamarla.
Todas sus dudas tendrían final en esa llamada, pero debe resistir y esperar, así pesa el tiempo. Él, incapaz de hablarle de frente hasta hoy. Ella, demasiado expresiva en sus sentimientos que lo intimida a Él.
   Somos compañeros, piensa Él, ni siquiera somos amigos. ¿Lo habrá pensado?
   Sentado, con la tele encendida, no la mira, sólo la escucha. Está apoyado de brazos sobre la mesa con la cabeza inclinada observando ese maldito celular. Llamala y sacate esa puta duda de una vez por todas, le dice la voz que lo acompaña desde que tiene noción de la vida.
   El silencio inunda la noche totalmente oscura y fría. Extiende la mano con intención de tomarlo pero se arrepiente rápidamente.
   Dejé pasar mucho tiempo y muchos momentos pero si no lo hago ahora perderé para siempre. La perderé a Ella. Quiero saber qué piensa de todo esto. Tengo que terminar lo que empecé ya pero tengo miedo.
   El miedo lo invade desde la última vez que le dijeron que NO en el amor. Teme que vuelva a suceder. Sería demasiado para su corazón que muy agrietado está. Pero también está echada la última carta. A todo o nada. Dijo que lo pensaría, que no se imaginaba nada de lo que le dije. Que necesitaba tiempo. Siempre es así. Un modo muy agradable de inyectarte el veneno sin que sientas dolor hasta que hace efecto.
   La luz del celular se enciende. Comienza a sonar una canción de Molotov. Es una llamada. Toma el celular y lee el nombre del llamante. Es Ella.
   Me está llamando. Pensó lo que le dije.
   Presiona la tecla verde y se acerca el auricular al oído.
   -¿Hola?


OSCURIDAD (PALABRAS METAFÓRICAS DE UNA IDEA ABSTRACTA)

   La luz se había extinguido de golpe. La oscuridad bañaba la tarde de verano. 
   El Sol había estado implacable hasta el preciso momento en que su luz simplemente desapareció, se extinguió. No había ni un sólo rastro de existencia de luz. No había electricidad. Las linternas, velas, celulares, ningún objeto emitía luz. Simplemente, había desaparecido. El miedo comenzó a trabajar y usurpar los cuerpos de los seres vivientes sobre la Tierra.
   El silencio acompañado de la oscuridad era el cóctel que más temor daba. No por el hecho de que haya silencio sino por el hecho de que se podía oír las voces del pasado al acecho de la mente de los pocos sobrevivientes. Las voces estaban más cerca y se las oía más fuertes. Las escuchaban dentro de sus cabezas. Podían sentir los latidos de sus corazones al ritmo de sus respiraciones y sincronizados con el sonido de las palpitaciones de las sienes.

   Hace tres días que la luz desapareció para siempre. Las plantas están muriendo. Los animales enloqueciendo y matándose los unos a los otros. La mayoría de los humanos han perdido la cordura (y los que no, pueden ver los fantasmas esperándolos pacientemente para llevarlos). El oxígeno se está agotando. Sólo es cuestión de tiempo para que la vida desaparezca de la faz de la Tierra.
   El tiempo dejó de existir para toda la eternidad. El infinito rodeó los cuerpos de los que se han ido y espera que el infierno ceda su lugar.


MENTIRA

   Es inevitable caer. Debemos tenerlo siempre presente; porque si uno quiere ganar, tiene que aprender a perder.
   ―La mentira es la que destruye la confianza con toda certeza.
   ―De eso no hay dudas.
   Lo que genera dudas es el funcionamiento de los pensamientos del mentiroso y, a veces, traidor. ¿Cómo puede estar confundido sin saber qué acto realizar? Le duele en el alma mentir pero siente una gran sensación de placer una vez que lo ha hecho. Es inevitable, el mal está en nosotros y nos genera placer dejarlo actuar, aunque después queramos sanarnos con actos de bien, todos buscamos un lugar en el cielo pero antes queremos conocer el infierno, por simple curiosidad.
   ―Tú sabías toda la verdad. Siempre la supiste y no me dijiste nada.
   ―Lo lamento, temía que la verdad te hiciera daño.
   ―Eso te hace cómplice de su mentira. Me ocultaste la verdad, siempre la supe, y también la oculté para que ustedes se hundieran aún más en su propia mentira, se les escapó de las manos.
   No existe cura para estas telarañas de mentiras y traiciones, porque todos son culpables. Todos son mentirosos y traidores. La mentira es como un virus que se expande entre los seres infectando la honestidad hasta límites insospechados.
   Tarde o temprano, la verdad se conocerá y, desde ese momento, otras mentiras nacerán; sólo debemos dejar actuar al tiempo, destructor de mentiras. Necesitamos las mentiras para vivir, para llegar al final de la vida creyendo que hemos sido inocentes de nuestras propias trampas.
   ¿Cabe la necesidad decir que todo esto ha sido una simple mentira?
   Mentira.


TE EXTRAÑO

   Oh, extraño tus besos y tu mirada.
   Mirada: llena de fuego, luz y alegría, no puedo olvidarla; ella es la gran fortaleza de tu belleza inolvidable. Perfecta, eterna, joven.
   Ojos: ¿qué ocultaran esos bellos ojos iluminados por tu alma que no conoce el tiempo? Mirarlos provocaba que me perdiera en un mundo profundo de amor, campos de vientos que susurraran tu nombre al oído; imposible olvidarte; imposible no extrañarte.
   Voz: aún puedo oírla en mi cabeza, puedo oír tus palabras disparadas hacia mí cuando te enojabas, gracias, pues era protagonista del momento, y tu voz pronunciando mi nombre con su suave y monótono sonido, dulce como la luna llena en una noche de primavera.
   Amor: es demasiado el amor que debo guardar para alguien que lo quiera, alguien que lo acepte. Esperaré pero nada evitará que deje de extrañarte, soy un hombre enamorado de una utopía del amor; enamorado de una diosa olvidada; enamorado de la noche, de la dulzura, de tu imagen perfecta.
   (No hay nada que me proteja ante semejante belleza, oigo a mi corazón galopar por los campos del amor refrescándose con los besos de tu aliento, gritando que jamás te olvidará, jamás podrá sacarse el nombre tallado a pasión de tu nombre; tu amor es la ceguera de mi olvido, nunca podré olvidarte. Tu nombre está marcado en mi memoria; siempre: TE EXTRAÑO.)