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sábado, 7 de diciembre de 2013

Miradas, imágenes y recuerdos: puntos suspensivos

Volver

  Tengo unas ganas inmensas de sumergirme nuevamente en el mundo inimaginable de las palabras, pero el miedo a caer otra vez en las historias donde busco a la misma persona desde hace años no me permite continuar. De fondo se oye una canción que converge a mi mente y alma en un momento que todavía no logro recordar.
  Un punto y aparte no será suficiente para finalizar esta historia. A veces creo que lo mejor sería irse muy lejos e intentar comenzar de nuevo, pero el destino se encargaría de llevarme sus recuerdos hasta donde intentase esconderme. Sé muy bien que debo enfrentarla de una vez por todas. Así son las historias, se entremezclan con mi realidad y no me permiten ver más allá de este velo que oculta los ojos tristes de quien desea hallar la felicidad cuando el reloj diera las doce.
  ¡Maldito este manto que oculta su silueta de mi vista! Al final no podré volver a verla y tendré que conformarme con la imagen que veo en mis recuerdos borrados por el tiempo.
  Todavía sigo sin poder crearla. Todavía sigo perdido en la confusión de esta historia sin final.


Melodía

Cada vez que me voy siento que una parte de mí se queda allí.
A veces creo que lo mejor sería no volver.
Sin embargo, hay algo que no me deja vivir
sin la melodía de tu dulce mirada.
Tal vez sea el miedo a perderte,
tal vez sea la ausencia de tu esencia.

Necesito regresar una vez más,
estoy seguro que no huiré de nuevo;
quiero perderme en tus ojos,
quiero oler tus labios
y tocar tu aroma.
Te necesito y no sé cómo decírtelo sin sonar ridículo.

Pienso en que esto había comenzado como una frase más
y ahora ha crecido hasta superar mis horizontes.
Creo que seguiré sentado aquí mientras el tiempo envejece
y se vuelve una herramienta difícil de manipular,
un arma de doble filo.

Cada vez que me voy de allí,
un latido, una porción de ese tiempo, se muere en mí.


Verte

   Te veo allí, sentada, mientras tu atención se pierde en las líneas que las gotas del agua condensada dibujan en el vidrio al caer; a través del cristal puedo ver la tristeza que huye de tus ojos como el brillo del diamante. 
   Te veo, te contemplo; cuando me observás te evito.
   No puedo hablarte, no debo hablarte.
   Tu mirada también parece esquivarme para no cruzarte con mis pensamientos, una vez más.
   El miedo me invade y la fuerza que debo realizar para resistir la tentación de sentarme a tu lado aumenta.
   Te veo hoy, te vi ayer, siempre estás allí esperando que me dirija a vos.
   Cierro los ojos y una vez más tu imagen se imprime en la oscuridad que olvida la existencia de todo más allá de la imaginación.
   Tengo miedo, tengo miedo de no volverte a ver.
   Tengo miedo de volverte a ver.
   Tengo miedo de que nunca más sea capaz de crearte en ese lugar donde una vez nos dijimos adiós. 
   Las gotas continúan recorriendo el vidrio mientras se dibuja un camino que nunca volveremos a ver con la mirada triste y pensamientos perdidos porque ya no estamos aquí.



6 comentarios:

  1. Se extrañaban tus letras, Cristian, llenas de esa poesía tan particular.
    Me encantó "Verte", con la timidez del protagonista a flor de piel.
    ¡Saludos!

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    1. Gracias, Juan, sí, digamos que ese último texto es el que más me gusta a mí también porque refleja un momento vivido en carne propia, y durante un tiempo tuve que resistir esas terribles ganas de ceder el pulso, pero el orgullo era fuerte para echarse atrás... Son cosas que pasan, cuando se siente lo que se escribe, las palabras se vuelven sinceras... Tengo que pasarme por tu blog, dentro de poco espero contar con el tiempo para hacerlo.

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  2. Que dificultad es vencer el propio orgullo,aunque se necesita condicionar el ser a siempre avanzar y no ver al pasado para evitar convertirse en estatua de sal.

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  3. Un regreso más que esparado por mi. Volver es lo que hiciste, y con un Cristian de sentimientos profundos, con Melodías en cada una de las palabras plasmadas. Definitivamente, Verte otra vez es una alegría para mis ojos.
    Saludos.

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    1. Qué bueno es volver a leer un comentario tuyo, Raúl. Muchas gracias por las palabras, como siempre es un placer contar con tu lectura... Abrazo.

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